Tarek Tayara, padre de nuestro protagonista de hoy, viajó desde Siria a España en 1964 para estudiar Medicina. Su intención, me cuenta Omar, siempre fue la de volver y ejercer su profesión en su tierra, Tartús. Pero, después de una fugaz visita en 1969, Tarek no volvió a Siria. Se casó con una española, y comenzó una nueva vida en Madrid, alejado de los suyos: “Nunca hubo ningún problema con su familia, ni de ninguna otra índole. Pero que él decidiera quedarse y no regresar, fue un gran jarro de agua fría para su familia”. Omar cree que por eso a su padre le costaba volver: “Creo que fue pasando el tiempo, y de alguna manera, se sentía avergonzado por haber decidido comenzar una nueva vida alejado de los suyos. Y aunque mantuvo siempre el contacto, había algo que le impedía volver”.
Quién le iba a decir a Tarek, que, tantos años después, iba a ser el triatlón el que le hiciera regresar a su tierra… Y es que Omar nos cuenta, que, gracias a su doble nacionalidad, pudo competir en las olimpiadas de Beijing 2008 representando a Siria. Para ello, Omar tuvo que viajar a Damasco y arreglar todo el papeleo. Eso le permitió conocer personalmente a sus tíos, y a sus primos. Y ese contacto hizo que Tarek, 38 años después, gracias a su hijo Omar, volviera a abrazar a sus hermanos, y a pisar su amada, y por desgracia actualmente maltratada, Siria.
“Sigo teniendo familia en Siria. En este momento, todos sabemos que la situación es muy delicada, pero hay zonas donde, digamos, se puede vivir”, o sobrevivir más bien. De hecho Omar nos cuenta que el mes pasado estuvo en Madrid un sobrino de su padre que está intentando encontrar un lugar fuera de Siria para que sus hijos puedan seguir estudiando: “El mayor problema de allí es que han perdido la educación. Los niños no pueden ir al colegio. Y si el arma más potente que tenemos para que un mundo funcione es la educación y la pierden, es complicado que puedan salir adelante”.
Precisamente, la educación y la formación, es lo que trajo a Tarek a nuestro país. Es la que hizo que Tarek se convirtiera en médico, y que dedicara su vida a intentar curar a los demás. Por suerte en una gran mayoría de casos se consigue. Pero Tarek sabe bien que no siempre es posible, como, desgraciadamente, ocurrió con Cayetana. Ella era la niña de Lara, amiga de su hijo Omar desde pequeños. “Mi familia lo pasó muy mal”, nos cuenta Omar: “Mi padre siempre fue el médico de la familia, éramos muy amigos. Lucharon con todas sus fuerzas hasta el final. Pero no puedo ser”.
Este año, los Titanes por la Unidad Cris, como ya hicieron el año pasado con Lucía, dedican su carrera especialmente a Cayetana. La marca de ropa deportiva de Omar, Taymori, es la que patrocina este año la equipación. Cuando le pedimos a Omar que incluyera un corazón púrpura en el maillot, no sabíamos que él tuvo la suerte de conocer a Cayetana. Él, en ese momento, tampoco sabía que ese corazón lo poníamos en honor a la hija de su amiga de la infancia, por la que tanto luchó su padre. Lo descubrimos más tarde.
¡Gracias por todo Tarek! ¡Gracias por todo Omar!
La entrada Omar Tayar y el recuerdo de Cayetana se publicó primero en A la Contra.